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Las moscas volantes afectan a un 4% de la población mundial, pero casi el 90% de los afectados no se preocupa de buscar solución. El Dr. Luis Salvà, director médico de Oftalmedic  Salvà, informa: es posible deshacerse de ellas de forma indolora y definitiva

El paciente que padece moscas volantes, también denominadas miodesopsias, ve manchas, puntos o hilos que se mueven por su campo visual. Esta sensación es más perceptible en fondos claros o muy iluminados (como el cielo o la pantalla del ordenador). Estas manchas son simplemente restos de tejido y proteínas que se van desprendiendo y quedan flotando dentro del ojo. Es decir, fluyen en el humor vítreo, que es una sustancia gelatinosa.

También pueden deberse a condensaciones de este gel provocadas por la deshidratación propia de la edad. Estos restos o condensaciones producen sombras en el interior del globo ocular, que es lo que conocemos como las moscas volantes.

Las miodesopsias afectan a todo tipo de personas en mayor o menor medida, aunque los miopes y los mayores de 50 años suelen notar más su presencia. La gran mayoría de los afectados se acaba acostumbrando a vivir con ellas pero, en ocasiones, pueden llegar a alterar su calidad de vida. Esto puede depender de la cantidad o la densidad de los restos, aunque también de la percepción subjetiva de cada individuo.

La solución: deja de verlas

Para aquellos casos en los que las moscas volantes se convierten en una obsesión o en un impedimento, el Dr. Salvà recuerda: “Es posible acabar con ellas”. Tal como advierte el experto, “no todas las moscas se pueden tratar, aunque sí la mayoría. Por ello es necesario un examen oftalmológico previo para determinar la viabilidad del tratamiento de esta afección y prever el alcance de posibles complicaciones.

Las solución a las moscas volantes no pasa porque desaparezcan por sí solas. Tradicionalmente, en los casos más graves se tenía que recurrir a una compleja cirugía, la vitrectomía, que consiste en extraer el gel del humor vítreo y sustituirlo por una solución salina. Pero esta técnica, por su carácter invasivo, suponía serios riesgos (desprendimiento de retina, rotura retinal, infecciones, cataratas…).

“Esta ha sido durante mucho tiempo una asignatura pendiente para los oftalmólogos. Hace tan solo un par de años, cuando venía un paciente a la consulta con miodesopsias solo podíamos cruzarnos de brazos, o en los casos más graves, recurrir a la vitrectomía”, puntualiza el Dr. Salvà.

Hoy en día existe un láser de gran precisión que permite localizar y ‘pulverizar’ una a una las moscas de forma indolora y sin alterar los tejidos adyacentes, eliminando el problema de forma eficaz. El láser Yag es el encargado de esta función y se aplica en sesiones de entre cinco y treinta minutos (a veces es más recomendable someterse a varias sesiones, ya que una aplicación demasiado prolongada podría generar un aumento de la presión intraocular, advierte el experto).

Si sufre las molestas miodesopsias recuerde, no tiene por qué vivir con ellas. Como subraya el director médico de Oftalmedic Salvà: “En la gran mayoría de casos es posible eliminarlas y ganar en calidad de vida”.

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